miércoles, 10 de noviembre de 2010

Con estos dolores una daga potente se niega a abrir

Con estos dolores una daga potente se niega a abrir,
susurrando que lo del beso no debía saberlo nadie, en
tanto se entére el besado, pocos oirán la historia que
estoy a punto de contarles.

sucedió en un parque de un enero acalorado, la mera vida
me la presentó cuando creía que no me obligaban a entenderla. Entonaba las estrofas de un canto, sumergido
en la cadencia y esmerandome por no caer en la turba, cuando llegó.
Yo tenía pocos argumentos irreversibles. Me tocaba siempre la parte más agradable de las comidas y los halagos, pero era una piedra con las mujeres, o algo menos, una silente figura que tiende a quebrarse en llantos.

Mis amigos me veían como a un raro, los otros se enteraban de algo estúpido de mi y se aprovechaban para lanzarme alaridos y pesados chistes sobre mi persona.
En fin, llegaba a la parte culminante de mi canto cuando
se agolparon esos rufianes frente a mi como buítres o hienas, esperando que mi suerte fuera evidente y empezaron a propinarme patadas y puñetazos,
esta vez la sangre malvada era tan pura que incluso me gustaba.

mis amigos me sacaron de tal enriedo y juraron venganza.
pero yo sonreía de estar golpeado, y todos me dejaron oyendo a alguno de esos enérgicos tambores del otro lado del parque.

me senté y comtemplé la figura de la mujer que se movia
con un aire apocaliptico y sensual. quería tanto tenerla que la imaginaba en mi rostro, besándolo y sanadome las heridas.
entonces sin advertencia se acercó a mi, y yo sangrando no podía verla a la cara.
se sentó a mi lado y yo me avergoncé tanto que deje de respirar un poco. sus manos parecía alas de un angel, su pelo ardía con el sol bajo el celeste del cielo, y parecia su melena una joya eterna de resplandores mágicos.
no llores, dijo. no llores que no es nada.
y finalmente me besó en la mejilla y se llevó una gota de mi llanto en el labio.

No me importó estar allí sentado, temeroso y torpe, ni siquiera me preocupe cuando empezó a brotar aún mas la sangre de mi frente. solamente imaginaba su alma, asi alimentada de mi tristeza. Una extraña alma que se había
sentado junto a mi, para darme un pequeño beso.
después se fué de mi vida para siempre, era la novia de uno de los chicos malos, un terrible pelmazo.
Era una chica hermosa que había elegido estar con un idiota. siempre cerca de un idiota.
Pero no la olvido, y nunca contaré a nadie mi percance con ella, porque asi debe ser. Nadie debe saber que ella al final de todo e igual que yo, tiene un alma.

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