miércoles, 10 de noviembre de 2010

Su nombre

quedan pétalos,
no son nada en esa flora.
Parte de la huella,
quizá.

También estas braman
en el olvido,
por donde yo vago,
herida,
espectante.

algo se vuelve terso,
y arrastra un cúmulo
de rímel
bajo un vapor
que hace acordar a un sueño.

suena el tic tac
como un cordón
o un hilo brillante,
o una sonata
que anuncia la muerte
de un pasado.

por fin veo mis ojos,
y mis lágrimas.
yacía dormida
con un alacrán en los labios,
y un papel con su nombre,
que ahora era el mío.

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